Mi chico de las mil y una aventuras ha venido esta noche
y ha vuelto a remover la ciudad.
Hemos derrochado osadía y exhibicionismo entre los semáforos
hemos toreado miradas cuando sus manos han retirado el abrigo
haciendo evidente que bajo él, apenas cubría la piel un pequeño tanga rojo y unas medias altas negras.
-Abre las piernas- me decía, mientras conducía con una mano y con la otra sus dedos humedecían la noche.
Mi valiente de ojos negros ha envuelto la habitación con su calor y su aliento
hemos buceado entre el agua del jacuzzi y tras surfear las olas de las embestidas
ha vuelto a llenarme la espalda de espuma, fuego y fantasías..
«La embriaguez de entonces, la belleza serena la voz naciente el mundo que adviene abrázame mientras tanto que al fin me entere yo cómo sabe una piel que sorprende..»