Y en el fondo del mar te encontré.
Otro loco suicida.
Otra apuesta a doble o nada.
Ven.
Te esperamos mis caderas y yo.
Para que entres.
Te sumerjas.
Nades.
Para que te hundas en ellas
y me pidas que te rescate.
Ven,
y traete tus palabras tiritantes,
tus certezas.
Tal vez haga un almíbar con ellas
aderezado de incertidumbres.
…
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