«Quiero verte un día chupándote el dedo tras sacártelo de tu sexo».
-Susurra a través del whatsapp.
«¿Y luego, qué?».
-Le contesto, retándole a pedir más.
«Luego una llama o un una chispa lubricada,
algo que me mantenga en tus espacios,
ahora mismo ando a tientas, ciego por ti».
«¿Y después de luego, qué?».
-Le insisto.
«Mi hambre de tí. Mi leche sobre tu ombligo es la ofrenda que te daré cada día
divina-musa-dionisiaca.»
…
Copyright©2016-19L.S.